lunes, 10 de noviembre de 2014

Asesinato en el London Exprés. Tercer capítulo:

Lo que quedaba de día y la mañana siguiente James se dedicó a interrogar a absolutamente todos los pasajeros, con los turistas le costó más. No le contó a nadie que yo iba a revelar el secreto, sólo que le contraté para asegurarme protección. A nadie le pareció extraño.

London Exprés, día 2:

James llevaba una libreta con él, allí tenía todo apuntado:

“Lauren Aldridge: poco discreta, le gusta llamar la atención. Llegó al escenario del crimen a las 07:16 p.m., cuando llegó se desmayó al ver tanta sangre. Cuando se recuperó, dijo que Emma le pareció una buena chica y que nadie tendría motivos para matarla. Voy a seguirla sin que me vea.”

James era un maestro del espionaje, estaba siguiendo a la señora Aldridge cuando vio que de la cabina número 3 salía una mano que le entregaba unos papeles un poco antiguos. Lauren se fue como si no pasase nada.

Mike Bennett: sospechoso, enigmático. Llegó al escenario del crimen el último, tiene antecedentes por falsificación de documentos, la muerte de la señorita Montrose no le afectó lo más mínimo. Él se aloja en la cabina 3, ¿fue él el que le entregó los papeles a la señora Aldridge?”

James estuvo investigando a Mike un largo tiempo, no logró descubrir nada. Iba a irse cuando se chocó con Christopher Evans.
-Oh, disculpe, no le he visto -se disculpó James.
-No se preocupe -dijo Christopher un tanto nervioso.
-¿Puedo saber a dónde se dirige?
-Oh, eh... al baño, es una urgencia. Adiós.
Christopher se fue prácticamente corriendo.

Christopher Evans: profesor, nervioso, inquieto. Llegó al escenario del crimen a las 07:15 p.m., no dijo nada, pero su cara lo decía todo: le afectó mucho la muerte de Emma Montrose. Cuando se alejaba por el pasillo tras haberse chocado conmigo, le vi llorar. Le fue infiel a su mujer.
Elizabeth Evans: mujer de Christopher, profesora de Ciencias Sociales, agradable y muy bella. Llegó al escenario del crimen a las 07:17 p.m., cuando debería haber llegado junto a su marido.
Emma Montrose se veía con Christopher Evans.”

James Montgomery se fue hacia su cabina a descansar un poco. Se paró antes de entrar al vagón cuando vio a la violinista entrar a su cabina con un maletín de trabajo. Grace se dejó la puerta entornada y James aprovechó para asomarse; lo que vio le dejó sorprendido.

Grace Shepard: violinista, arrogante, maniática. Llegó al escenario del crimen a las 07: 19 p.m., junto al conde, desde su vagón al de Emma se tardan dos minutos, no cuatro. El anillo podría ser suyo. Tiene un asunto con el conde.
Conde de Saint Germain: una pizca inestable mentalmente, ha sido visto hablando solo, un poco extraño. Llegó a la cabina de la señorita Montrose junto con la señorita Shepard, otro posible dueño del anillo, hoy le he vuelto a ver discutiendo con la violinista. Parece que cada día se encuentra peor.
El anillo tiene un pequeño relieve que no había visto antes; me ha desaparecido, lo han robado.”

London Exprés, día 3:

James Montgomery se pasó todo el día siguiendo a los sospechosos y haciendo preguntas sobre la relación que tenían los pasajeros entre ellos. Le hicieron creer que no se conocían de nada, son unos mentirosos. James no paró en todo el día: iba de un lado para otro, escribiendo notaciones en su libreta, sin dejar de observar a todo aquel que se le acercaba.

He encontrado el arma del crimen, estaba escondida en mi vagón, en el cual están las cabinas 9, 10, 11 y 12. Todo apunta hacia Elizabeth, pero no la veo capaz de matar a nadie. He vuelto a ver a Lauren Aldridge y a Mike Bennett susurrando, he logrado entender algo de unos papeles. Los he encontrado, esto explica muchas cosas. También he visto a la violinista con el anillo de las iniciales. He encontrado una trampilla secreta, no sé como se abre.”

Yo aún no me acostumbro a ser un espíritu, es todo tan extraño. No siento ni hambre ni sueño, es como estar en trance. Normalmente sigo a James para ver como trabaja, me resulta interesante. Pero he descubierto un pasatiempo que me gusta mucho más: atormentar a aquel que me asesinó. Mi pena se ha transformado en furia, mi asesino pagará por lo que hizo.

London Exprés, día 4:

James se levantó a las 06:00 a.m. después de estar casi toda la noche sin dormir: necesitaba descubrir quién me mató. Se pasó tres horas en su cabina dándole vueltas a lo que ocurrió el primer día, a mi muerte. Tenía una vaga hipótesis, pero no conseguía desarrollarla, no le encontraba sentido. Hasta que por fin, a las 09:12 a.m. se dio cuenta de todo. Salió corriendo de su cabina sin molestarse siquiera en cerrar la puerta.
-”Está claro, ¿cómo no me he podido dar cuenta antes?”- James se dirigía hacia el maquinista para pedirle que parase el tren.
Entró tan de repente que el conductor se asustó.
-Señor, tiene que parar el tren y reunir a los sospechosos; he descubierto quién fue el asesino.


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