domingo, 28 de septiembre de 2014

Asesinato en el London Exprés. Primer capítulo:

Escribí una novela hace algún tiempo y por fin me he dignado a publicarla, os dejo un fragmento y si os gusta seguiré subiendo capítulos. ¡Espero que os guste!
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Eran las ocho de la mañana del día 18 de noviembre de 1978. James Montgomery cogió a toda prisa su abrigo y se dirigió a la estación de trenes; en dos minutos salía el London Exprés. James cerró su piso y se adentró entre la multitud londinense de una fría mañana de invierno.
-El tren con destino Grandview saldrá en un minuto desde el andén 9 -anunció una voz en la estación.
“-No llego, no llego” -pensó James mientras corría, a punto de tirar a una señora al suelo.
-¡Disculpe!
Medio minuto. Un último spring. Montgomery llegó justo cuando las puertas del tren se cerraban tras de él.
-Su billete, por favor -James aún estaba agitado por la carrera cuando se le acercó un revisor.
-Aquí tiene -dijo James jadeando.
-Acompáñeme -dijo el revisor amablemente. -Su cabina es la número 12, señor.
-Muchas gracias.
James entró a su cabina. No estaba mal, no era demasiado grande pero lo suficiente para él. Tenía un sofá verde a un costado de la habitación y una mesita de tomar el té en el centro. Unas amapolas decoraban la repisa de la ventana. James dejó su maleta en el suelo y se acomodó en el sofá; necesitaba una siesta. Le esperaban cuatro días de viaje hasta Grandview, un pueblecito en el cual habían solicitado sus servicios: era detective.

Conozcamos a los demás personajes.

La anciana millonaria, Lauren Aldridge, ya se estaba quejando del servicio del tren; nació para quejarse. Viajaba sola con su caniche dirección Grandview, para recoger una herencia que le dejó su marido antes de morir de un ataque al corazón. Estaba en la cabina número 4.
A su lado se encontraba Mike Bennett, un joven de aspecto descuidado y tímido que apenas salía de su cabina; era un chico solitario. Su cabina era la número 3.
Las cabinas número 1 y 2 estaban ocupadas por el revisor y ayudante de conductor; se turnaba con el maquinista y así él poder descansar. Y los camareros. Sus nombres son irrelevantes.
De la cabina número 6 a la 8 se alojaban un grupo de turistas cuyos nombres no recuerdo, solo sé que venían desde Alemania.
En la número 9 se encontraba Christopher Evans y su esposa Elizabeth, ambos trabajaban en la Universidad de Londres, iban rumbo a Grandview por motivos de trabajo.
La cabina número 10 estaba ocupada por Grace Shepard, una violinista de gran fama mundial, estaba de gira por todo el Reino Unido.
En la cabina número 11 estaba el famosísimo conde de Saint Germain, último heredero de una gran empresa familiar que arrasó en casi toda Europa; dicen que el conde tiene poderes. Es ilusionista.

En la cabina 12 se aloja el detective James Montgomery, yo le contraté para que me cubriese e investigase a todo aquel que se me acercara; es el mejor resolviendo crímenes.
Y por último está la cabina número 5, allí me alojo yo: Emma Montrose. Descubrí un secreto que podría cambiarlo todo y necesitaba volver al lugar en que mataron a mi hermano Charlie Montrose: Grandview. Nunca imaginé que no era la única que iba tras aquel secreto y que por culpa de mi curiosidad nunca me bajaría de aquel tren. Seré vuestra narradora; yo ya sé quién me mató en aquel viaje, pero prefiero que lo descubráis vosotros...

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